Todo parte, en
nuestra opinión, de una reflexión de la institución académica sobre sí misma en
su entorno social, un análisis de su responsabilidad y, sobre todo, de su parte
de culpabilidad en los problemas crónicos de la sociedad, dejando de pensarse
como una burbuja de paz y racionalidad en medio de la tormenta en que se debate
el “Titanic planetario”, una lujosa nave tecno científica pero sin rumbo. La
verdad es que todos los líderes que hoy gobiernan las instituciones públicas y
privadas que dirigen este Titanic salen de las mejores universidades y aplican
a diario ciencias y tecnologías aprendidas ahí, las que, sin embargo, crean y
reproducen el mal desarrollo en el que trata de sobrevivir la mayor parte de la
humanidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario